¿Es normal sentirme así después de un evento doloroso? Hablemos del TEPT
- Marisol García
- 29 jul
- 3 Min. de lectura

El Trastorno por Estrés Postraumático, conocido como TEPT, es una reacción emocional y psicológica intensa que algunas personas experimentan después de haber vivido o presenciado un evento muy impactante o traumático. No todas las personas que viven una situación difícil desarrollan TEPT, pero cuando esto ocurre, puede afectar de manera importante su bienestar, relaciones y vida cotidiana.
¿Qué tipo de experiencias pueden generar TEPT?
El TEPT puede desarrollarse después de haber estado expuesto a situaciones como:
Abuso sexual o físico
Accidentes graves (de auto, laborales, etc.)
Desastres naturales
Asaltos, violencia o amenazas
Situaciones de guerra o conflicto armado
Pérdida traumática de un ser querido
Hospitalizaciones intensivas o experiencias médicas invasivas (especialmente en la infancia)
Es importante entender que lo que resulta traumático para una persona puede no serlo para otra. Lo que importa no es tanto el evento en sí, sino el impacto que tuvo en quien lo vivió.
¿Cuáles son los síntomas del TEPT?
Según el DSM-5 (manual utilizado por profesionales para diagnosticar trastornos mentales), para que se diagnostique un Trastorno por Estrés Postraumático deben presentarse ciertos síntomas durante al menos un mes y causar un malestar significativo. Estos síntomas se dividen en varios grupos:
1. Reexperimentación
La persona revive el trauma de distintas formas, por ejemplo:
Pesadillas relacionadas con el evento.
Recuerdos involuntarios y angustiantes.
Sensaciones de estar reviviendo el trauma como si estuviera ocurriendo otra vez (flasbacks).
Malestar físico o emocional intenso al recordar lo sucedido.
2. Evitación
La persona trata de evitar todo lo que le recuerde el evento:
Evita hablar del tema.
Evita personas, lugares o situaciones que le recuerden lo vivido.
3. Cambios negativos en pensamientos y emociones
Aparecen emociones y creencias que antes no estaban presentes:
Sentimientos de culpa, vergüenza o ira.
Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
Dificultad para sentir emociones positivas (alegría, amor, esperanza).
Sensación de desconexión con los demás o con el mundo.
4. Hiperactivación
La persona se mantiene en estado de alerta, como si el peligro siguiera presente:
Problemas para dormir.
Irritabilidad o explosiones de enojo.
Dificultad para concentrarse.
Reacciones de sobresalto exageradas.
Sensación constante de tensión o peligro.
¿Quién puede tener TEPT?
Cualquier persona, sin importar su edad o género, puede desarrollar TEPT si ha estado expuesta a un evento traumático. Sin embargo, ciertos factores pueden aumentar el riesgo, como:
Haber sufrido traumas previos.
Falta de apoyo después del evento.
Trastornos de salud mental previos.
Alta sensibilidad emocional o antecedentes de infancia difícil.
¿Qué no es el TEPT?
No es debilidad emocional.
No significa que una persona está “loca”.
No se trata de “exagerar lo que pasó”.
No se supera simplemente “echándole ganas”.
El TEPT es una respuesta del cerebro y del cuerpo ante una experiencia extrema. Es una forma en la que la mente intenta protegerse, aunque a veces esa protección trae consigo mucho sufrimiento.
¿Tiene tratamiento?
Sí, el TEPT tiene tratamiento y muchas personas logran recuperarse y vivir con mayor bienestar. Las opciones más efectivas incluyen:
Psicoterapia: especialmente terapias basadas en el trauma como EMDR, Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y otras formas de psicoterapia integrativa.
Mindfulness y técnicas de regulación emocional, que ayudan a calmar el sistema nervioso.
En algunos casos, medicación para reducir síntomas como la ansiedad, el insomnio o la depresión.
Terapias innovadoras como la psicoterapia asistida con psicodélicos, realizadas en contextos clínicos y seguros.
Si tú o alguien que conoces ha vivido una experiencia traumática y presenta alguno de estos síntomas, es importante saber que no está solo(a). Buscar ayuda es un acto de valentía, no de debilidad. El trauma no tiene por qué definir tu vida. Con el apoyo adecuado, la sanación es posible.

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